The Weight of Hunger
Haldi is Kurdish, a mother from Homs, Syria. She escaped one war, only to face another in Lebanon. Life in Syria was hard, but the horrors of war have followed her, and now, she cannot feed her children.
As a mother, it breaks her heart to not even afford bread. Every day, her children grow thinner, their small bodies succumbing to anemia brought on by malnutrition. The hunger gnaws at them all, but the children suffer most. Their faces grow pale, their strength fades, and Haldi watches, helpless.
Hard work should be the answer, but in a foreign land, as a refugee, hard work means nothing. Here in Lebanon, no matter how much she tries, there’s no escape. In the midst of war, effort and perseverance don’t put food on the table. Hard work doesn’t guarantee survival when you are a Kurdish Syrian, stripped of rights and opportunities.
What can feed her children now is not labor, but kindness. It is kindness that offers hope in a world where everything else has been taken away. And for Haldi, there is nothing harder than seeing her children starve, knowing there is nothing she can do.
Her children are hungry, and time is running out. Please, help Haldi buy food. Help a mother feed her children.
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El peso del hambre
Haldi es kurda y viene de Homs, Siria. Haldi consiguió escapar de una guerra, pero se acabo enfrentando a otra en el Líbano. La vida en Siria era dura. Los horrores de la guerra la han perseguido y ahora no puede alimentar a sus hijos.
Como madre, le rompe el corazón no poder ni siquiera comprar pan. Cada día, sus hijos pierden peso y sus pequeños cuerpos sucumben a la anemia provocada por la desnutrición. El hambre los carcome a todos, pero los niños son los que más sufren. Sus rostros pálidos mientras sus fuerzas se desvanecen y Haldi observa, impotente.
El trabajo duro debería ser la respuesta, pero en una tierra extraña, como refugiada, el trabajo duro no significa nada. Aquí en Líbano, por mucho que lo intente, no hay escapatoria. En medio de la guerra, el esfuerzo y la perseverancia no ponen comida en la mesa. El trabajo duro no garantiza la supervivencia cuando eres una siria kurda, despojada de derechos y oportunidades.
Lo que puede alimentar a sus hijos ahora no es el trabajo, sino la bondad. Es la generosidad la que ofrece esperanza en un mundo en el que todo lo demás ha desaparecido. Y para Haldi, no hay nada más duro que ver a sus hijos morir de hambre, sabiendo que no hay nada que pueda hacer.
Sus hijos tienen hambre y el tiempo se acaba. Por favor, ayuda a Haldi a comprar comida. Ayuda a una madre a alimentar a sus hijos.