A LITTLE HELP FOR A FULL PLATE
My name is Khaled, and this is not the life I once dreamed of. As a boy, I aspired to become a doctor, to heal and bring comfort to those in need. But life had different plans. I began working at a young age to support my family, and then I fell in love with my future wife. It wasn’t the life I had envisioned, but it brought me happiness. I married, and our lives were just beginning.
But then the war in Syria shattered our fragile dreams, forcing us to start anew in Lebanon, where we welcomed our beautiful children into the world. Now, our family of eight—my five children, my wife, and my aging mother—struggles daily to survive. This year, my mother turned 60, and after my father’s passing, I became her caretaker. She gave me everything, and now it is my turn to give back, but the burden weighs heavily.
I thought caring for them was difficult before, but the perspective of war is a cruel teacher. I would give anything to return to the days when my greatest worry was how to put food on the table. Now, I fear for the lives of my children, my wife, my mother. I do everything I can, but I cannot shield them from the chaos of war.
Every day, I work as a cleaner, leaving my loved ones behind in our fragile home. Each moment away feels like an eternity, and I long to return to their smiles, to know they are safe. The thought of losing them is unbearable; I don’t think I could endure that pain.
While I understand there may be little you can do to help us escape this situation, I humbly ask for your support in providing food. My meager salary barely covers our needs, and I do not seek wealth or luxury—just the simple assurance that my children can have a meal every day. If anyone can lend a helping hand so that we can share at least one plate of food, I would be forever grateful. Thanks!
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UN POCO DE AYUDA PARA UN PLATO LLENO
Me llamo Khaled y esta no es la vida que soñé tener. De niño, quería ser médico, quería curar y brindar consuelo a quienes lo necesitaban, pero la vida tenía otros planes. Empecé a trabajar a una edad temprana para mantener a mi familia y luego me enamoré de mi futura esposa. No era la vida que había imaginado, pero me trajo felicidad. Me casé. Nuestras vidas apenas estaban comenzando.
Pero luego la guerra en Siria destrozó nuestros pequeños sueños y nos obligó a comenzar de nuevo en el Líbano, donde dimos la bienvenida al mundo a nuestros hermosos hijos. Ahora, nuestra familia de ocho personas (mis cinco hijos, mi esposa y mi madre) lucha a diario por sobrevivir. Este año, mi madre cumplió 60 años y, tras el fallecimiento de mi padre, me convertí en su cuidador. Ella me dio todo y ahora me toca a mí devolverle algo, pero la carga es pesada.
Antes pensaba que cuidarlos era difícil, pero la perspectiva de la guerra es una cruel maestra. Daría cualquier cosa por volver a los días en que mi mayor preocupación era cómo poner comida en la mesa. Ahora, temo por la vida de mis hijos, mi esposa, mi madre. Hago todo lo que puedo, pero no puedo protegerlos del caos de la guerra.
Todos los días trabajo como limpiador, dejando a mis familia atrás en nuestro pequeño hogar. Cada momento que paso fuera de casa se siente como una eternidad, y anhelo volver a sus sonrisas, saber que están a salvo. La idea de perderlos es insoportable; no creo que pueda soportar ese dolor.
Sé que hay poco que podáis hacer para ayudarnos a escapar de esta situación, pero humildemente os pido vuestra ayuda para proporcionarnos alimentos. Mi escaso salario apenas cubre nuestras necesidades básicas, y no busco riqueza ni lujo, solo la simple seguridad de que mis hijos puedan comer todos los días. Si alguien puede darme una mano para que podamos compartir al menos un plato de comida, estaré eternamente agradecido. Gracias.