Help Najla!
"My name is Yusra. My husband's illness has placed an immense burden on our family, both emotionally and financially. The mounting medical bills have drained our savings, and we now struggle to meet our most basic needs.
My daughter needs glasses but I can't afford them. My son's traumatic experience at the hands of a neighbor has left him emotionally scarred. He hit him several times because he thought he was being too loud when playing. The trauma he endured has confined him to our home.
Our living situation is far from ideal. We share a small space with another family, each of us occupying a single room. While it's not much, it's the only place we can afford. The children's education is of utmost importance to us. Public schools in Lebanon do not accept Syrian refugees, leaving us with no choice but to enroll them in semi-private schools. Each child's tuition costs approximately $250, a sum we simply cannot manage.
To make ends meet, my children and I sell tissues and water under a bridge near our home. It's a challenging way to make a living, but it's the only option we have. Despite our hardships, my children dream of becoming doctors someday. I am determined not to let our circumstances crush their dreams.
I am reaching out to you today, not only for our immediate needs but also to secure a brighter future for my children. Our house rent amounts to $50, and even this modest sum is difficult for us to cover. I believe there is kindness and compassion in the world. Even if you don't help us, I thank you for taking the time to read my story.
Thanks,
Yusra"
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¡Ayuda a Najla!
"Mi nombre es Yusra. La enfermedad de mi marido ha supuesto una carga inmensa para nuestra familia, tanto emocional como económicamente. Las crecientes facturas médicas han agotado nuestros ahorros y ahora luchamos por satisfacer nuestras necesidades más básicas.
Mi hija necesita gafas pero no puedo comprárselas. La experiencia traumática de mi hijo a manos de un vecino lo ha dejado marcado emocionalmente. Lo golpeó porque nuestro vecino pensó que hacía demasiado ruido mientras jugaba. El trauma que sufrió lo ha confinado a nuestra casa.
Nuestra está lejos de ser la ideal. Compartimos un pequeño espacio con otra familia, ocupando cada uno de nosotros una sola habitación. Si bien no es mucho, es el único lugar que podemos permitirnos. La educación de los niños es de suma importancia para nosotros. Las escuelas públicas del Líbano no aceptan refugiados sirios, lo que no nos deja otra opción que matricularlos en escuelas semiprivadas. La matrícula de cada niño cuesta aproximadamente $250, un precio que simplemente no podemos afrontar.
Para llegar a fin de mes, mis hijos y yo vendemos clinex y agua debajo de un puente cerca de nuestra casa. Es una forma dura de ganarse la vida, pero es la única opción que tenemos. A pesar de nuestras dificultades, mis hijos sueñan con ser médicos algún día. Estoy decidida a no permitir que nuestras circunstancias aplasten sus sueños.
Estoy aquí hoy, no sólo para pedir ayuda con nuestras necesidades más urgentes sino también para asegurar un futuro mejor para mis hijos. El alquiler de nuestra casa es 50 dólares, e incluso 50$ nos resulta imposible de cubrir. Creo que hay bondad y compasión en este mundo. Incluso si no nos ayudas, te agradezco por tomarte el tiempo de leer mi historia.
Gracias,
Yusra"