HELP US KEEP OUR HOME
My name is Ghazilla, and I come from Deir Ezzor in Syria. My loving husband, Khalil, and I are raising five wonderful children in a world that feels increasingly unforgiving. Life has not been easy for us; each day is a battle against death.
One of our biggest battles is the soaring cost of living. Basic necessities that were once within reach now feel like distant dreams, with prices rising higher than we can manage. The burden of our house rent weighs heavily on our shoulders, leaving us little room to breathe and little hope for brighter days.
In our home, we live in darkness. The absence of electricity forces us to endure long, shadowy afternoons filled with fear and uncertainty. I once shielded my children from the outside world, forbidding them to peek through the window, fearing the sights of destruction would haunt their innocent minds. But now, I have relented, because the sounds of the bombs falling are even more terrifying when they cannot see them. It feels like they are so close. The bombs is a constant reminder of the reality we cannot escape.
It breaks my heart to witness my children struggle under the weight of circumstances beyond our control. As parents, we yearn for nothing more than to see our children thrive, to chase their dreams, but war stands as a wall in their path. The longing for safety and stability hangs heavily in the air, suffocating us.
We cannot return to Syria. We can only endure this war here in Lebanon. We desperately need help to keep a roof over our heads, to protect our children. If only we could find a way to cover our rent, to provide them with the security they so dearly deserve. Please, I beg you, help us just a bit—so we can continue to call this place our home.
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AYÚDANOS A MANTENER NUESTRO HOGAR
Mi nombre es Ghazilla y vengo de Deir Ezzor, en Siria. Mi amado esposo, Khalil, y yo estamos criando a cinco maravillosos hijos en un mundo que cada vez parece más implacable. La vida no ha sido fácil para nosotros; cada día es una batalla contra la muerte.
Una de nuestras mayores batallas es el costo de la vida. Las necesidades básicas que antes estaban a nuestro alcance ahora parecen sueños lejanos, con precios que aumentan más de lo que podemos afrontar. La carga del alquiler de nuestra casa pesa mucho sobre nuestros hombros, dejándonos poco espacio para respirar y poca esperanza de un futuro mejor.
En nuestra casa, vivimos en la oscuridad. La ausencia de electricidad nos obliga a soportar largas tardes a oscuras, llenas de miedo e incertidumbre. Antes protegía a mis hijos del mundo exterior, prohibiéndoles mirar por la ventana, temiendo que las imágenes de destrucción atormentaran sus mentes. Pero ahora he cedido, porque los sonidos de las bombas cayendo son aún más aterradores cuando no pueden verlas. Se siente como si estuvieran tan cerca. Las bombas son un recordatorio constante de la realidad de la que no podemos escapar.
Me rompe el corazón ver a mis hijos luchar bajo el peso de circunstancias que escapan a nuestro control. Como padres, no hay nada que anhelemos más que ver a nuestros hijos prosperar y perseguir sus sueños, pero la guerra se alza como un muro en su camino. El anhelo de seguridad y estabilidad pesa en el aire y nos asfixia.
No podemos regresar a Siria. Solo podemos soportar esta guerra aquí en el Líbano. Necesitamos ayuda desesperadamente para mantener un techo sobre nuestras cabezas, para proteger a nuestros hijos. Ojalá pudiéramos encontrar una manera de pagar el alquiler, de brindarles la seguridad que tanto merecen. Por favor, te ruego, ayúdanos un poco, para que podamos seguir llamando a este lugar nuestro hogar.